Cultura e Identidad

Sociedad y cultura del neoclásico al romanticismo

Los cambios políticos y sociales que ocurrieron entre el siglo XVIII y el siglo XIX, tuvieron repercusiones en el campo artístico e intelectual.

En pintura, escultura y arquitectura, el estilo neoclásico buscó la simplicidad y la armonía de las formas, cuyas características eran geométricas, con líneas rectas y pocos elementos decorativos, a diferencia del Barroco, más acorde con las características del Antiguo Régimen. En el neoclásico, la figura humana se representó en formas mesuradas, posiciones rígidas y atuendos inspirados en el mundo clásico.

El romanticismo exalta la libertad individual, característica evidente en la literatura y la pintura, donde los autores buscaron la expresividad. Entre los escritores románticos están los ingleses Walter Scott y lord Byron; los franceses Victor Hugo y Alexandre Dumas; los italianos Ugos Foscolo y Alessandro Manzoni; y los alemanoes Goethe y Novalis, entre otros.

El caso de lord Byron es significativo, pues el poeta buscó reflejar en su vida los valores del romanticismo y murió luchando por la independencia de Grecia contra el imperio Otomano.

El método científico

Con la difusión del pensamiento ilustrado -y la afirmación de los valores y la mentalidad propia de la burguesía- se impusieron el racionalismo y la fe en el progreso; es decir, una actitud activa y optimista sobre la capacidad del ser humano de conocer y modificar el mundo. La ciencia también reflejó este cambio al tornarse más organizada y sistemática.

Las academias y universidades se encargaron de estrechar los lazos internacionales entre los científicos, facilitar su trabajo y formar nuevas generaciones de investigadores.

La aplicación práctica de la ciencia moderna fue un elemento decisivo para su rápido desarrollo, pues era indispensable en la Revolución Industrial.

En cada campo científico hubo avances que aceleraron la producción y la aplicación práctica del conocimiento; por ejemplo, los experimentos de Volta con la pila eléctrica se encaminaron a controlar y aprovechar la electricidad, y los hallazgos de Edward Jenner en medicina, a combatir la viruela. Conforme avanzaba el siglo XIX se hizo más evidente el carácter impresindible de la ciencia como un poderoso medio para mejorar la vida de los seres humanos.

La difusión de las ideas y la crítica: periódicos, revistas y espacios públicos


Hacia la mitad del siglo XIX, como consecuencia de la Revolución Industrial, se aceleró la propagación de las ideas. Los espacios públicos de discusión en medios escritos cobraron importancia, y los progresos en la impreta y el transporte propiciaron la aparición de la prensa diaria en las principales ciudades. Con las nuevas técnicas de la impresión, los periódicos se produjeron de manera rápida y económica, y gracias a los adelantos en el transporte su difusión se extendió un nuevo público de lectores en la creciente clase media de las urbes debido a la reducción del analfabetismo. En los espacios públicos de las ciudades se discutían los nuevos sucesos, leer críticas y confrontar las ideas. La posibilidad de enterarse prontamente de los sucesos, leer críticas y confrontar las ideas produjo una profunda transformación de la sociedad.

El periodismo cobró importancia y se volvió un elemento indispensableen la política, el entretenimiento y los negocios; gozó de la protección explícita que la ideología liberal le otorgaba a la libertad de prensa, actuó como vehículo de educación y dictó normas que respondían a los nuevos hábitos sociales, de acuerdo con los patrones culturales que se consideraban modernos. La prensa también influyó en la literatura al difundir el arte y promover o criticar la obra de los creadores del momento.

La secularización de la educación y las nuevas profesiones

Otra de las consecuencias de la Revolución Industrial y la difusión de la cultura moderna fue la transformación de la educación y el surgimiento de nuevas profesiones. La urbanización aumentó la clase obrera y favoreció la proliferación de otras profesiones entre la clase media. El comercio, el servicio doméstico, el transporte y el empleo público, entre otras actividades, dieron trabajo a mucha gente.
También se incrementó el número de personas dedicadas a las personas profesiones liberales, es decir, abogados, notarios, arquitectos, ingenieros, contadores y médicos, entre otros.


En el Antiguo Régimen, la educación por lo general se encomendaba a la familia, a las órdenes religiosas y a educadores privados. Desde finales del siglo XVIII, con la Revolución Industrial, la educación se hizo más centralista y secular; es decir, se concentró en establecimientos educativos específicos y cambió su contenido, ya que se estandarizó y se volvió laica, esto es, sin vínculos con la religión.
Los Estados se convirtieron en proveedores de los servicios educativos en los que se aplicaron los principios de la Ilustración, es decir, que al ser considerados iguales, todo ciudadano o al menos gran mayoría, debía acceder a la educación y saber leer y escribir.

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